¿Cómo trabajar las emociones con los niños en la primaria?
Para dar inicio en el cómo podemos ayudar a los niños en el manejo de sus emociones, primero tenemos que hacer un alto para entender qué son las emociones, el conocer el desarrollo emocional de los hijos de acuerdo a la edad y sus necesidades básicas, pero sobre todo es sumamente importante el cuestionarse como adulto tres puntos clave:
- ¿Cómo expreso mis propios sentimientos y emociones?
- ¿Cómo se comporta mi hijo y cómo reacciona ante las manifestaciones de sus emociones?
- Estoy preparado emocionalmente para ayudar a mi hijo ó es un tema que me genera angustia al traerme recuerdos de experiencias vividas.
Las emociones dependen de factores individuales, aprendemos de nuestras vivencias, experiencias, la familia, ambiente social, etc.
Revisemos algunas definiciones de emociones:
“Las emociones están relacionadas con las actitudes de una persona frente a determinada situación, cosa o persona. Entendemos por actitud una tendencia, disposición o inclinación para actuar en determinada manera”. Gutiérrez Sáinz.
“Las emociones raramente ocurren de manera aislada. Por lo general, involucran a otra persona; pero pueden ser acerca de una situación relacionada con el hogar, la escuela, el trabajo, las finanzas, las relaciones, etc.” (Nelson, 2007)
Kleiginna y Kleiginna definen emoción como: “Un complejo conjunto de interacciones entre factores subjetivos y objetivos, mediadas por sistemas neuronales y hormonales que pueden dar lugar a experiencias afectivas como sentimientos de activación, agrado-desagrado. Genera procesos cognitivos, tales como efectos perceptuales relevantes, valoraciones y procesos de etiquetado. También crea ajustes fisiológicos que dan lugar a una conducta que es frecuentemente, pero no siempre, expresiva, dirigida hacia una meta y adaptativa”.
Sinónimos:
- Emoción: agitación, conmoción, turbación, alteración, trastorno, impresión, desconcierto, vibración.
- Sentimiento: impresión, emoción, pasión, efecto, huella, estremecimiento, conmoción.
Las emociones y sentimientos son un estado afectivo que todos los seres humanos presentamos de manera diferente. La emoción surge ante una situación que aparece de repente, bruscamente. No es instintivo, ni tampoco innato y es el resultado de un aprendizaje; por lo tanto, es adquirido.
Los sentimientos son resultado de la relación, vivencias y experiencias de nuestra forma de actuar. Son estados afectivos, más complejos, más estables, más duraderos y menos intensos que las emociones. No hay un estímulo que provoque que surja en un momento determinado sino que es producto de una situación progresiva que deja su huella. Las emociones dependen de factores individuales de la persona que experimenta la emoción, pues las vivencias, experiencias, la familia, el ambiente social, son diferentes en cada individuo.
En lo que respecta al desarrollo emocional de los niños, es importante que consideremos la edad; por ejemplo, a los siete años, los menores son capaces de juzgar a otros y reflexionar. Tomar sus primeras decisiones sobre qué hacer con lo que siente. Trabajar en su adaptación social y el control de sus emociones. Hay peleas físicas (niños) y verbales (niñas). Sentimiento de competencia. Desquite con el más débil.
A los diez años comprenden emociones complejas, pueden dialogar desde los opuestos. Forma su autoconcepto, su autoestima y sufre porque siente que no tiene empatía de los otros. El autocontrol es la meta. Busca diferenciarse de los padres.
Así mismo, es sumamente importante tener presente las necesidades básicas de los hijos, mismas que se presentan durante toda la vida. El autor Jon Knowles, propone seis niveles de necesidades básicas que se deben satisfacer antes de que las personas puedan alcanzar la meta final que les permita establecer sus objetivos personales y ser independientes.
Cada nivel de necesidad básica se apoya como los escalones de una pirámide. Si no se satisfacen las necesidades de un nivel, puede llegar a ser muy difícil que se satisfagan las necesidades del nivel siguiente.
Todas estas necesidades siguen presentes durante toda la vida. Por lo tanto, es posible que algunas personas necesiten toda una vida para llegar a la cima de la pirámide, ser independientes y establecer sus propios objetivos. “Se requiere mucha paciencia, buena comunicación y mucho amor. No hay garantías y todos cometemos errores, incluso hasta los mejores padres deben estar preparados para las decepciones. Pero cuanto más nos esforcemos por satisfacer las necesidades básicas de los hijos, habrá más probabilidades de que alcancen su máximo potencial”. (Knowles)
Necesidades corporales: No podríamos vivir sin alimentos nutritivos, sin agua limpia ni aire puro, ni sin las horas de sueño suficientes. También necesitamos sentirnos bien con nuestro cuerpo y nuestra sexualidad, y disfrutarlos plenamente. Es necesario brindarles un sentido de identidad, y de reconocimiento del cuerpo desde que nacen. Podríamos hacerlos sentir seguros o inseguros a través de: La forma de sostenerlos, tocarlos, alimentarlos, etc. El tono de voz que usamos, la forma en que los hacemos sentir cómodos con el cuerpo y las emociones
Necesidad de sentir seguridad y protección: Todos tenemos la necesidad de sentirnos protegidos contra los daños físicos y libres de temores. Como padres, es necesario proporcionar un hogar seguro para los hijos. Dependen del adulto y frecuentemente se preocupan por saber si van a estar siempre que los necesiten.
A menudo, son las personas que los hijos más temen. La manera de enfrentar sus enojos y frustraciones está muy relacionada con la protección y la seguridad que sienten los niños. Hay que dar buenos ejemplos de amor. Cuando los hijos causan problemas o cometen errores, debemos ser capaces de: Ser pacientes, razonables, mantener las líneas de comunicación abiertas, como para poder decir: “Estoy tan enojado que temo herir tus sentimientos. Dame unos minutos para que me calme y luego hablamos”.
Los buenos ejemplos ayudan a los niños a expresar el enojo y la frustración de manera saludable.
Necesidad de cariño Todos los niños desean, necesitan y merecen el amor incondicional de sus padres. Los niños se desarrollan plenamente en un entorno de afecto (donde haya apego emocional, cariño, amor y dedicación). Tienen una gran necesidad de amar y de ser amados. También necesitan saber que son parte de la familia y que siempre tendrán un lugar en la familia y en la comunidad, sin importar lo que suceda (divorcio, enfermedades, muerte, etc.).
Los niños aprenden sobre el cariño de los ejemplos que les brindan. Hay que mostrar cómo las personas que se preocupan por el otro pueden llevarse bien. Es importante recordar que los niños imitan lo que hacemos y lo que somos, no lo que queremos ser.
Necesidad de autoestima: La autoestima comienza cuando se recibe amor y apoyo incondicionales, especialmente de los padres, aunque estos se encuentren separados. Los niños verdaderamente quieren saber que son “normales”. Debemos enseñarles que es “normal” ser diferentes. Ayudar a que se sientan valorados, competentes y normales también los alentará a desarrollar el respeto por otras personas.
Los elogios son la mejor manera de enseñarles autoestima. Debemos elogiar la honestidad, la independencia, el talento, el esfuerzo, el juego limpio y la bondad. Los niños también desarrollan autoestima cuando los ayudamos a aprender la autodisciplina y cuando hay límites. En cambio, herimos la autoestima cuando los ridiculizamos, humillamos o golpeamos.
Además, ofrecerles opciones en lugar de darles órdenes permite que sus hijos desarrollen la capacidad de tomar buenas decisiones. Comience con decisiones pequeñas en base a su edad. Permita que las decisiones sean cada vez más importantes a medida que su hijo crece.
Necesidad de conocimiento y comprensión: Los buenos padres proporcionan experiencias y oportunidades que estimulan el deseo del niño de adquirir conocimiento y desarrollar la comprensión, que son fundamentales para una vida exitosa. Debemos proporcionarles oportunidades de aprendizaje diarias. El aprendizaje puede producirse en cualquier lugar y en cualquier momento. Los niños pueden aprender de diversas experiencias, entre ellas, la escuela, los pasatiempos, los proyectos familiares, el juego y el trabajo conjunto, las tareas de la casa, las salidas de compras, los campamentos, las películas, las obras de teatro, los conciertos, los deportes, las caminatas al aire libre, los museos, los viajes y otras salidas.
Necesidad de belleza y armonía: Todos tenemos la necesidad de vivir en armonía en. Esto incluye la música y el arte, la naturaleza, nuestras creencias morales y espirituales, nuestras costumbres sociales, nuestra herencia cultural y una valoración de las relaciones positivas, afectuosas e íntimas con otras personas. Todo esto nos proporciona un sentido de equilibrio y nos permite tener esperanzas en el futuro. Por ejemplo, puede compartir sueños con su hijo y alentar los sueños de su hijo.
Crear un ambiente familiar disciplinado que incluya deportes, arte, etc. Alentar la creatividad, pero sobre todo es muy importante aceptar que su hijo desarrollará gustos y un estilo personal diferente al suyo.
Objetivo final, Necesidad de desarrollar y buscar objetivos personales : Como padres, es importante trabajar en cubrir las necesidades básicas de los hijos de manera que ellos puedan lograr su independencia. Cuando los hijos se encuentran con la necesidad de establecer, buscar y alcanzar sus propios objetivos valiosos, se encuentran en el camino hacia la independencia. Todos alcanzamos esta etapa en algún momento de nuestras vidas, si es que logramos llegar. Algunas personas nunca lo logran. Desafortunadamente, muchas personas luchan diariamente para lograr satisfacer los niveles más básicos de necesidades.
Si nunca se satisfacen los niveles básicos de necesidades, es muy difícil avanzar en el camino hacia las necesidades superiores. Los padres que ayudan a sus hijos a lograr la independencia tienen buenos motivos para sentirse orgullosos.
Puede alentar a su hijo a satisfacer su necesidad de desarrollar y buscar objetivos personales como apoyando en la toma de decisiones en forma independiente. Aceptar que los objetivos que su hijo puede establecer podrían ser diferentes de los objetivos que usted establecería para ellos. Aceptar que su hijo desarrollará relaciones valiosas fuera de la familia. Comprender que los hijos abandonen sus hogares y que sus relaciones con la familia cambien.
Pero es sumamente importante comprender que tomar malas decisiones de vez en cuando forma parte normal de la vida y que ofrece amor, paciencia y apoyo sin importar si sus hijos logran alcanzar sus objetivos con éxito.
Después de considerar diferentes aspecto del concepto de las emociones y todo lo que conlleva el responder el, Cómo trabajar las emociones con los niños, es un arte, ya que hay que buscar diferentes estrategias, de acuerdo a la edad, circunstancia y nuestras propias emociones.
Pautas concretas para educar en el autocontrol emocional:
- Hacer de modelo. Auto-instrucciones.
Interiorización del discurso. Enseñarle a autoevaluarse. A responder bien ante el error. Modelo muy perfeccionista: inalcanzable, ser cercanos, acompañar en el error y subsanarlo.
- Detectar y conocer emociones:
Enriquecer su vocabulario emocional. Ayudarle a reconocer emociones y sentimientos. Poner nombre a los sentimientos (vergüenza, ira, enfado, alegría, tristeza, envidia, celos, rabia,…)
Cuantos más sentimientos reconozca, mejor va a detectar lo que le molesta y lo sabrá pedir. Transmitirle que los sentimientos no son malos, ni buenos. Son reacciones naturales a situaciones o pensamientos que tenemos. No debemos negarlos. No son inadecuados, lo inadecuado puede ser su intensidad o su forma de expresarlos, y eso se puede controlar.
Los sentimientos negativos son una señal de problema, que hay que analizar y solucionar.
- Enseñar habilidades nuevas
Relajación: manos-brazos. Arriba- abajo. Estirar-tensar-relajar. Respiración, técnica de la tortuga: reducir tensión emocional: ira, enfado, molestia,…
- Enseñar a esperar:
Ir poco a poco. Trabajar sobre el éxito: ir despacio, premiar siempre después de esperar sin descontrol (sonrisa, elogio,..). Primero premiar en todas las situaciones, después premiar cada dos esperas. Ir aumentando el tiempo de espera, volver a premiar y así sucesivamente. Ignorar el descontrol si hemos ido muy rápido.
- Enseñar a renunciar: educar la tolerancia a la frustración
Poco a poco. Trabajar sobre el éxito. Premiar lo adecuado. Ignorar lo inadecuado. Algo más difícil porque no va a haber premio. Trabajar el control ante la contrariedad. Empezar por cosas que no le importen mucho- conseguir que se conforme- premiar (elogiar). Estar seguros de que vamos a aguantar sin ceder, si no mejor no intentarlo.
Para comprender los sentimientos de los demás debemos aprender a entender: nuestras necesidades y deseos, qué cosas, personas o situaciones nos causan determinado sentimiento, qué pensamientos generan esas emociones, cómo nos afectan: qué consecuencias y reacciones nos provocan. Empatizar: situarnos en el lugar del otro, ser consciente de sus sentimientos, sus causas y sus implicaciones personales.
El nivel de INTELIGENCIA EMOCIONAL de una persona está relacionado con las experiencias emocionales que nos ocurren a lo largo del ciclo vital. Desarrollar la destreza empática en los niños implica enseñarles que no todos sentimos lo mismo en situaciones semejantes y ante las mismas personas, que cada persona siente distintas necesidades, miedos, deseos y odios.
Como adultos es importante buscar regular la emoción, que es la Habilidad para moderar o manejar nuestra reacción emocional ante situaciones intensas. Capacidad para evitar respuestas emocionales descontroladas en situaciones de ira, provocación o miedo. Sentir la emoción no dejarse llevar por ella. Un experto emocional usa esa información de acuerdo a sus normas socio-culturales. Elige los pensamientos a los que presta atención, no se deja llevar por su primer impulso. Genera pensamientos alternativos adaptativos para controlarse.
No hay actividad humana que no se vea influida, por las emociones: ni el aprendizaje, ni el rendimiento laboral, ni el rendimiento deportivo, ni la creación artística.
Referencias
- Shapiro, L. (1997). La inteligencia emocional de los niños. Buenos Aires: Vergara.
- Fernández, P.; Ramos, N.(2004) Desarrolla tu Inteligencia Emocional . Kairós.
- http://www.plannedparenthood.org
- María Prieto. Belén Marina. Módulo” Educar en el autocontrol”.
- GARDNER, H. (2001): La inteligencia reformulada. Barcelona, Paidós.
- GOLEMAN, D. (1996): Inteligencia emocional. Barcelona, Kairós.
- GOTTMAN, J., y DECLAIRE, J. (1997): Los mejores padres. Madrid, Javier Vergara.
- OEI-Revista Iberoamericana de Educación (ISSN: 1681-5653)
- Runkel, H. E. Paternidad Libre de Gritos. México. Trillas